25/11/09

Adolece que es temprano (2)

Detrás del ventanal.

- Me tomás Biología ma, dice la profe que va nada más para tomarnos la prueba.

- Está bien, y el lunes ¿qué tuvieron?

- la de matemáticas nomás fue.

- ¿y el otro viernes?

- también, la de matemáticas, nadie más

- es buena profesora ¿no?

- uh es más exigente!  ...  dale ma! dejá de joder!

- Bueno, definí "Ecosistema"

Cuando andábamos por distribución vertical, escuchamos afuera corridas, gritos, y motos.
- ¡Así que sos chorito hijo de puta! ¡Así que robás celulares eh! - y corridas y otros gritos.

Salté de la silla a ver qué pasaba a través de la persiana, el ventanal es muy grande para tan angosto pasaje.

No podía ver bien, levanto un poco la persiana, veo una moto, un tipo vociferando en mitad de la calle, un chico con mochila, en la vereda de enfrente un chico parado sosteniendo una bici, y semicubiertos por el arbusto de mi vecino, un chico en el piso y un tipo agachado que le gritaba.

Levanto la persiana bastante más alto y les pregunto a los gritos ¿qué pasa, qué pasó?, nadie me responde y se ve volar un celular, entonces el tipo agachado se mueve y veo que tiene una pistola en la mano apuntando hacia abajo.

Le grito a mi hija que se meta para adentro, a la cocina, y empiezo a gritar ¡pará tenés un arma! ¿¡quienes son uds!? ¿¡son policías!?.

El que estaba en mitad de la calle recién ahí me mira y me dice que sí y que robaron un celular. ¡Traeme la chapa entonces! ¡vení, traeme la chapa!, amaga a acercarse y se va atrás de los otros hacia la esquina.

Me acerco al teléfono, descubro que mi hija estaba tirada en los 50 cm de antepecho del ventanal de la habitación, la mandé de nuevo pa atrás. Lo llamo a mi hermano, le digo ¡tienen un arma!, me dice - dejá, está bien lo que están haciendo, deben ser policías - la concha de su madre ¡y yo qué sé quién mierda son, están de civil! ¡decime a donde llamo!.

Realmente pensé que los cueteaban ahí nomás.

Llamé al 101/911, explico lo sucedido.
 

-¿Pero ya se fueron? me pregunta la señorita.
 

-Si, ya se fueron, respondo.
 

-Bueno, no es una emergencia, me dice.
 

-No pero no sé quienes eran, porque tenían un arma y estaban de civil.
 

-No se preocupe, me dice, ahora vamos a verificar si la policía estuvo por allí.

Luego de lograr dormir, hoy me desperté pensando en tapialar los dos ventanales, al menos a una altura en la que, sentada, me proteja la cabeza.

Salí a hacer unos mandados, nadie preguntó nada, nadie vio, nadie escuchó. A mi vecina que anteayer me mandó el mismo mail, al que respondí y me respondió con un "no soy represora ni milica pero casi estoy con la pena de muerte", no la vi aún.

Recordé el 2001, la asamblea del monumento y el forro ese de Barrio Alberdi, siempre bien peinado galancito que insistía en que incluyéramos el problema de la inseguridad, y no recuerdo el nombre del joeputa ese.

Recordé el tiroteo en el pasaje entre un auto de la policía y un auto robado, ¡en el pasaje!, terminamos tiradas en el suelo, y estos mismos y optimistas ventanales. Y las botas del policía que volvió a recoger los cartuchos. Mi vida o el auto de no se quién.

Recordé la reunión de 12 vecinos del 2007 en la esquina, convocada por el tema de la inseguridad, para formar un "comando de vecinos aprieta pibes chorros".

Recordé el falcon verde, un día a las dos de la matina, en la esquina, ilusa pensé que estabas cuidando algo, pelo cortito se veía, resulto que se llevaron al ratito 3 autos de la cochera de por acá, y parece que fue entrega por seguro, y todos tranquilos.

 
Recordé las reuniones en la escuela de mi hija, "no sabemos qué hacer", "no se puede hacer nada".

Recordé esos dos lunes y un viernes entre paros y fin de semanas con la sola presencia de la profe de matemáticas.

Recordé las ofertas de la telefonía móvil 5000 mensajes en 5 días a $5.-

Recordé cuánto han logrado en este ecosistema.

Lo instalaron.

En la respuesta a mi vecina agregué como cierre:

El problema es que siempre nos dejamos "operar" por los mismos carniceros.

Y así viene el bicentenario, así.

Entre su vida y tu celular, tu mansión, tu auto, tu empresa, tus vacaciones, tu aire acondicionado (que te ensordece) y demás pertenencias, elijo su vida, aunque sea, según vos, una vida de mierda.




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