28/10/09

Donde quedó La Vigil continúa La Tupac

El poder adquisitivo de la clase trabajadora por aquellos años permitió que La Vigil funcionara con el aporte de esa clase.
Muy pocos eran los que compraban los bonos solamente por el premio en sí, sino que, en mayor parte, la compra era un acto conciente de compromiso con la construcción y valores de justicia social que la institución barrial llevaba adelante.

Por aquellos años era imposible pensar en el aporte del estado, ni siquiera se le otorgaron los subsidios para educación, simplemente por motivos claramente políticos, tengamos en cuenta que el desarrollo institucional abarcó desde 1956 hasta su intervención militar en febrero 1977.

El barrio se fue construyendo con los préstamos de la caja de ayuda mutua de la Biblioteca Vigil.

El barrio trabajó, estudió, disfrutó, jugó y se formó en La Vigil, como algo naturalmente propio.

Uno de los tantos proyectos truncos fue el barrio de viviendas en Villa Gdor. Gálvez, el sistema consistía en la propiedad institucional pero con adjudicación de uso y derecho a herencia por parte de los adjudicatarios.

Y estaba prevista una pileta de natación, polideportivo y otros servicios.

Los chicos jugábamos en la excavación mientras soñábamos con la pileta y preguntábamos una y otra vez ¿y cuándo va estar?, no sé si aún la tierra mordida atestigua lo que digo.

Frases que hoy retornan en títulos de diarios vuelven a mi cabeza "nos acusan de ser un estado dentro de otro estado".

La frase predilecta por izquierda era "no sirve porque es tapar los agujeros del estado".

Muchos de los que vivimos nuestra niñez en La Vigil tenemos la inequívoca sensación que esa obra, de alguna manera, la vemos expresada en la Tupac.

Hoy es impensable el aporte de la clase trabajadora debido a la expoliación de 30 años, el vaciamiento de bienes y recursos materiales que irremediablemente vacían de contenidos sociales, culturales y educativos.

Los ataques al trabajo integral de la Tupac (o sea a sus recursos) son la expresión genuina de retrógrados racistas y/o eternos excluidores por cualquier otra excusa oportuna; y constituyen la verdadera peste social que históricamente enferma a nuestro país.

El remedio a mi entender consiste en defender sin tibiezas a las organizaciones sociales que trabajan por y para la dignidad del pueblo, con los recursos del pueblo.

Que los mismos se reciban en forma indirecta (a través del estado) es simplemente consecuencia de la situación de exclusión de 30 años, y de ninguna manera ello significa mancha alguna mientras los objetivos propuestos por la organización se lleven a cabo.

Cuando los objetivos cumplidos no pueden atacarse abiertamente, se instala la sospecha sobre el manejo de los recursos que son la base fundamental del funcionamiento y construcción.

Pregunto ¿qué mierda hizo "el campo" en todos estos años de ganancias exorbitantes?

Respondo: continuó con la misma mierda del gallinero, siempre cagando hacia abajo. (cierto! llevaron internet tal como dijo el torito)

Lo que la Tupac hace, ahí está, se palpa, se toca, se ve y se siente.

Mi total apoyo a Milagro Sala y a todo el conjunto de hombres y mujeres que sostienen esa admirable y digna construcción colectiva.


PD: imponderables problemas informáticos-comunicacionales que aún continúan han influido en el destiempo de este post.

1 comentario:

Paola dijo...

Una lectura, que además estar llena de pintura local, de palabras de vida, tiene una mirada esclarecedora. Los garcas , para ganarse el cielo sin culpas, hablan de la pobreza, de la inacción del gobierno. Cuando se trata de ayudarlos, largan el racismo que llevan adentro. Y ni te cuento cómo van a saltar con la asignación universal!Un abrazo